jueves, 5 de julio de 2012

Cobardes mediocres

la esperanza de no fallar en lo proyectado nos lleva a plantearnos un arquetipo ideal pero utópico de eso que debería manifestarse de otro modo, por la capacidad inteligente de ser mediocre, cada quien pauta serenamente, cuánto es capaz de engendrar dado la aptitud que dote sus propiedades, por ello suele suceder en ocasión eventual pero estándar en patrones de conducta que geneticamente no está alojado aún resulta enfáticamente culpa de la civilización normal o regulada por caracteres tan simbióticos pero dispares, la diáspora paralela, hace propenso el comportamiento para dedicarse a lo fácil, entendible, alegre, entretenido, puro, pulcro, animado; nunca dar paso en falso, cometer errores tiene su carga de experiencias, mas admitir un esquema o posición dónde tema involucrarse con nuevo desarrollo, te ubica en ámbito o estamento radical de banalidad, improvisación, soso, fútil, así trivial contra superior, vulgar opuesto a magnífico, excelente nadie, sólo las maquinas que les reparan los defectos internos con los que viven, que se distraen, y no intentan mejorar, sólo expresar la tradición de siempre, es cómo muestra de irrespeto, tratar de representar lo que no se es, por el simple propósito de seguir fingiendo que algo no tiene que ver consigo, que no es su problema, que trasciende su entendimiento, que no posee las fuerzas, serias excusas para ineptos, increíbles propuestas para el superficial, la débil amenaza que no se reporta jamás, es peor para sus oídos que sostener el vicio como real panacea, el choque de culturas ocurre cuando parecer de dos canjea todo el meollo como les apetece, sin captar el sentido del otro, ni considerar la intención, necesidad y fin del proceso que ejecuta factor yuxtapuesto, para todo aquello habrá de rendir cuanto gusta, sin tacto, sin miramiento, sin rebeldía, sin drede; sólo practicar por el mero hecho de hacerlo ameno, bonito, fresco, juicioso.

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